Con mucho gozo y alegría celebramos los 133 años de fundación de la Sociedad del Divino Salvador. El 8 de diciembre de 1881 el P. Francisco María de la Cruz Jordan dio inicio a su obra, un
Por eso, como hijos del P. Jordan y herederos de su carisma y espiritualidad, en ambiente fraterno y acompañados por los laicos salvatorianos tuvimos un espacio de encuentro donde compartimos como una única familia un momento de reflexión acerca de nuestro carisma, especialmente lo referente a la universalidad. La reflexión y trabajo de grupo fue animada por nuestro hermano Diego Montaño. De este compartir destacamos la importancia de llevar el mensaje salvador a todas las personas y por todos los medios que el amor de Dios nos inspira, sin ningún tipo de exclusión, pero teniendo especial sensibilidad por los más pequeños, los pobres, los marginados y excluidos.
Luego de esta actividad, tuvimos el encuentro vivo con Jesús en la Fracción del Pan, donde juntos comulgamos su vida, pasión y proyecto, inspirados en la obra del P. Jordan. De la mesa de la Palabra y la Eucaristía pasamos a compartir una una sencilla pero deliciosa cena, con la cual terminamos nuestro triple compartir.
Un agradecimiento y felicitación a la familia salvatoriana en el mundo. Que todos los que nos proclamamos discípulos de nuestro Salvador, nos comprometamos en la construcción de un mundo más justo y fraterno.
sueño que hoy sigue gestándose gracias a la familia salvatoriana: religiosos, religiosas y laicos.
Por eso, como hijos del P. Jordan y herederos de su carisma y espiritualidad, en ambiente fraterno y acompañados por los laicos salvatorianos tuvimos un espacio de encuentro donde compartimos como una única familia un momento de reflexión acerca de nuestro carisma, especialmente lo referente a la universalidad. La reflexión y trabajo de grupo fue animada por nuestro hermano Diego Montaño. De este compartir destacamos la importancia de llevar el mensaje salvador a todas las personas y por todos los medios que el amor de Dios nos inspira, sin ningún tipo de exclusión, pero teniendo especial sensibilidad por los más pequeños, los pobres, los marginados y excluidos.
Luego de esta actividad, tuvimos el encuentro vivo con Jesús en la Fracción del Pan, donde juntos comulgamos su vida, pasión y proyecto, inspirados en la obra del P. Jordan. De la mesa de la Palabra y la Eucaristía pasamos a compartir una una sencilla pero deliciosa cena, con la cual terminamos nuestro triple compartir.
Un agradecimiento y felicitación a la familia salvatoriana en el mundo. Que todos los que nos proclamamos discípulos de nuestro Salvador, nos comprometamos en la construcción de un mundo más justo y fraterno.
sueño que hoy sigue gestándose gracias a la familia salvatoriana: religiosos, religiosas y laicos.